Hoy en día nos topamos con un fenómeno escolar que afecta directamente a muchas familias, y que nadie puede estar excento de no experimentar una situación similar .El famoso y tan conocido “BULLYING” o bien acoso escolar, que afecta a 7 de cada 10 niños en la edad escolar (7 -11 años / primaria alta), y que desgraciadamente es un problema que no se ha detectado a tiempo y mucho menos erradicado de la mejor manera, para lograr un desarrollo emocional adecuado, en niños y adolescentes. Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Qué está sucediendo, hoy en día que nos topamos con este tipo de problema? Es evidente que los porcentajes de victimas y victimarios han ido en aumento, en los últimos años, cabe mencionar, que el acoso escolar no es un concepto nuevo, puesto que ha venido presentándose desde finales de los años 60’s tomando mucho más importancia en los últimos 10 años. Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en el desarrollo de este fenómeno, pues los niños en edad escolar, son bombardeados con información que puede poner en riesgo su forma de actuar, dado que por imitación ellos son capaces de llevar a cabo un acto de humillación o agresión tanto física como emocional. Todo este tipo de estímulos negativos podemos observarlos en los programas que suelen ver, tales como, los videojuegos, o bien el uso inadecuado del Internet, que lejos de mejorar en su formación llega a perjudicarlos y mostrarles una manera inadecuada de comportamiento antes sus iguales, con imágenes sumamente agresivas o tener acceso a información que desvíe notablemente la socialización adecuada con sus compañeros.
Sin embargo tampoco podemos dejar de lado que tanto la victima como el victimario, presentan algún tipo problema familiar (divorcio, ausencia de alguno de los padres, falta de atención, manejo inadecuado de límites, sobreprotección, entre otros) u otro tipo de situaciones en casa que causen una inestabilidad emocional en el niño y que por desgracia lo haga mucho más susceptible a su ambiente (víctima) o bien ,lo mismo que el aprende o recibe de los demás, lo lleve a cabo con uno de sus compañeros (victimario) como una forma de controlar o proyectar lo que sucede con él. Es de suma importancia conocer, a fondo este problema y las características de personalidad, así como historia familiar de cada niño, que sea víctima o agresor, ya que si aprendemos a detectar a tiempo, las señales de alerta que pueden enviarnos los niños como los adolescentes, se podrá actuar de manera inmediata, y no solo como un trabajo de los colegios, sino en conjunto con los padres de familia y autoridades escolares, detener este tipo de fenómenos que solo logra alterar la estabilidad emocional de cada niño y logra dejar graves marcar emocionales en su desarrollo.
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Priscila González MarSoy psicóloga clínica, con experiencia en consulta privada para niños adolescentes y adultos. Categorias
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November 2012
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